Ya me están empezando a tocar las naricillas los que se están empeñando en chapar el P2P porque les fastidia el negocio. Últimamente, cuando hasta los proveedores de acceso a Internet están empezando a caer bajo la influencia, política o no sé de qué tipo, de estas corrientes, revienta bastante que intenten “educar” a la ciudadanía vendiendo la historia de que la gente lo que quiere es el gratis total, y que eso no puede ser, que somos mu malos.
Ya lo he visto en más de un periódico últimamente, y no sé si es que se creen que somos tontos o bien quieren aparentar que lo somos, a ver si nos convencen de nuestra estulticia a base de propaganda.
Vamos a ver: la supuesta cultura del gratis total no es nada malo, ni criminalizable. Es la misma cultura de “no pienso pagar obligatoriamente por algo que puedo obtener sin coste o haciéndomelo yo”, lo cual, mal que les pese a algunos, es la tendencia natural de las personas. ¿Subirían ustedes dos montañas para llegar a casa si pudieran tomar un sendero recto? Sólo si les diera algún beneficio por otra parte. ¿Pagarían a alguien por respirar aire embotellado, de manera obligatoria, ahora que aún puede más o menos respirarse en la calle totalmente gratis? Pues lo mismo.
¿Un fabricante de discos ópticos quiere hacer dinero del soporte -cds, etc.- de la música? Estupendo. Fabricar ese soporte vale esfuerzo. Que pidan un precio razonable por el mismo. Si yo no estoy dispuesto a fabricármelo por mi cuenta, entonces lo compraré. Si me lo pudiera hacer en casa, pues va a ser que me lo voy a hacer en casa.
¿Una empresa de impresión de pósters quiere hacer dinero por el merchandising? Genial. Cuesta dinero fabricarlos y luego quedan muy monos en los cuartos de los adolescentes y de los frikies, así que si yo no soy capaz de hacerme uno por mi cuenta igual de molón, los compraré.
¿Una empresa organizadora de conciertos quiere hacer dinero por ver a alguien actuar en directo? No se hable más. Cuesta dinero montar un espectáculo. Y tiempo. Y esfuerzo. Y por supuesto que actúe yo para mí mismo no es igual.
Pero, pero, pero…
¿Cuesta dinero hacer una copia de la información pura en la que consiste una canción, como hacen las discográficas?
Ni un puñetero euro. Lo que sí cuesta es el soporte. Y la promoción. Y otras muchas cosas.
Por eso la gente no quiere pagar por copiarse esa información, porque estas empresas se han encontrado que su negocio, hoy en día, en realidad, consiste únicamente en hacer algo que la gente lo hace más cómodamente (y más barato) en su casa. Y eso no significa que la gente sea mala. Y hasta ahora, tampoco hacen nada ilegal. Si a eso se le quiere llamar “cultura del gratis total”, pues vale, pues me alegro.
Las discográficas dirán: es que nuestro negocio se va a tomar viento precisamente porque la gente se lo puede copiar gratis. Si no lo pudiera copiar gratis, no se iría a tomar viento.
¡Toma ya! En plena economía de mercado, como veo que vender botes de agua de fuente pública no tiene mucho éxito, me dedico a obligar a la gente a cerrar los grifos de sus casas para que tengan que comprármela a mí.
Que digo yo: si no están dispuestos a evolucionar dentro de la economía de libre mercado, ¿por qué no se reconvierten en partidos políticos, tratan de alcanzar el poder, y luego nos ponen impuestos? En el fondo es lo que desean: un sueldo más o menos garantizado a pesar de que su producto no lo quiera nadie.





