Una Odisea de Investigador

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Me encuentro preparando la solicitud de sexenios (tramos de 6 años) de investigación este año. Al contrario que la vez anterior, ahora el Ministerio de Ciencia e Innovación tiene una bonita aplicación informática (¡arg! ¡ha mentao la bisha!) para gestionar todo.

La aplicación está bien: te deja meter los datos y subir el currículum y luego genera el borrador, todo convenientemente identificado por tu firma electrónica.

Ah. Primera absurdez. Me tengo que identificar con la firma pero toda la documentación introducida no servirá de nada a no ser que lleve a un registro oficial la petición… cosa que se puede hacer telemáticamente con la misma firma electrónica. Digo yo… ehem… ¿podrían ahorrarme el segundo paso, ya que he usado esa misma firma en el primero?

Bueno, no es grave. Sigo con el proceso.

Como digo, una de las cosas que tengo que subir es el CV. Bien, en formato normalizado por el Ministerio. Bien también.

Por supuesto, los investigadores no mantenemos el CV en el formato normalizado por el Ministerio. Para empezar porque ya tenemos nuestra producción anotada en otros sitios, y para terminar porque no vaya a ser que ese formato cambie y haya que rehacerlo todo…

El caso es que en Andalucía tenemos una bonita aplicación informática (¡arg! ¡ha mentao la bisha!) llamada SICA en la que periódicamente actualizamos nuestro CV porque a la hora de pedir proyectos y demás tiene que estar ahí. Bueno, pues vamos a ver qué tiene esa aplicación para generarme el CV normalizado del Ministerio, que creía haber visto algo…

¡Sí! Hay una opción en el menú. Bueno, hay dos: una para exportar el CVN y otra para imprimir la producción. Sólo por probar le doy a la segunda, y me genera un bonito RTF con… ¡tachán! El CV en formato normalizado por el Ministerio (?!). Guais, me voy a ahorrar la primera opción. Voy, me abro la máquina virtual de Windows para abrir el RTF con el Word y me sale todo genial, todo genial… salvo que faltan cosas. Miro en el SICA y resulta que no te imprime aquello que ellos mismos no hayan validado. Validar en ese contexto es un proceso oscuro e indeterminado, y los responsables del SICA no garantizan que validen a la misma velocidad que tú actualizas. Luego toca meter a mano en el RTF lo que aún no está validado.

Ah. Segunda absurdez. El RTF generado (por el Oracle Reports, hay que ver lo que se habrían ahorrado usando herramientas opensource) sólo es editable parcialmente desde MS Word: se pueden cambiar los campos ya existentes, pero no la estructura, es decir, añadir nuevos campos.

Bueno. Investiguemos un poco más. Busquemos un editor de XML (porque ese RTF está en realidad en XML). Me instalo el modesto mlview (después de que me casquen el gedit, no me sirva para nada el nano y se cuelgue estrepitosamente el conglomerate) y abro exitosamente el archivo.

Y veo con horror cómo la lista de proyectos de investigación a la que quiero añadir uno nuevo tiene todos sus campos desparramados en lugar de agrupados por proyectos. Editar algo ahí va a ser un dolor de muelas, o casi.

Decidido: probemos la primera opción del SICA, la de exportar el CVN. Me voy y me exporto, y me encuentro un archivo XML con mi producción, mucho más fácil de editar. ¡Bien!

Ah. Tercera absurdez. La aplicación del Ministerio sólo admite ficheros Word con el CV normalizado (otra buena pasta para Microsoft).

Conclusión: tres horas perdidas de mi tiempo para pasar un CV que ya está en una administración a otra administración, sin resultado alguno, y con la expectativa de que la única solución, al final, va a ser la de hace seis años: ponerme a cortar y pegar en el formulario vacío de CV normalizado que te da el Ministerio (por supuesto en Word; en OpenOffice se ve de pena, así que me obliga a hacerlo en máquina virtual), lo cual me llevará probablemente otras pocas horas.

Ah. Cuarta absurdez. Me piden que firme a mano todas las páginas del CVN. Mira, sin comentarios.

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