Si yo pudiera llegar a los sesenta años con la misma lucidez que mostró el escritor granadino Francisco Ayala cuando cumplió cien en la introducción de su recopilatorio “Mi ventana al mundo“, me daría con un canto en los dientes.






Si yo pudiera llegar a los sesenta años con la misma lucidez que mostró el escritor granadino Francisco Ayala cuando cumplió cien en la introducción de su recopilatorio “Mi ventana al mundo“, me daría con un canto en los dientes.