Hoy (y en parte el fin de semana pasado) he podido dedicar otra vez un rato a BIBLION, mi sistema de bibliotecas personales y compartidas que nunca podrá competir con software hecho por gente con más tiempo y más dinero (y más manos) que yo, pero que como nunca lo pretendió seguirá ahí, sin incluir publicidad y sin grandes aspavientos, mientras me dé distracción y buenos ratos. Y lo que he aprendido, oiga.
Lo último que le he añadido ha sido una mejor gestión de los títulos de los libros, desglosando en serie, volumen y título propiamente dicho, un visor (sólo para administradores) del arbol relacional de cada libro en la base de datos, un fusor de libros (hay gente que me registra el mismo libro más de una vez) y un bonito botón de Google para buscar en la web tanto los libros como sus posibles portadas.
A la izquierda de este blog, un ejemplo de la utilidad del sistema.





