Los tres merecen la pena: una canción de U2 (de cuando aún se atrevían a experimentar un poco y Bono tenía voz), sobre un poema de Salman Rushdie, como banda sonora de una película del fantástico Wim Wenders (guionizada por Bono, y por cierto nada mal). Qué mejor forma de recuperar la esencia de este blog convertido sólo por necesidad en tablón de anuncios.





