Dado lo propicio de la temporada, heme aquí dispuesto a mostrarles a los presentadores de telediario y supuestos meteorólogos de los respectivos cómo dar correctamente la temperatura de Málaga, y, por extensión, de la columna Málaga-Córdoba/Sevilla de una forma que no tengamos que tirarle tomates a la tele en Julio y Agosto cada vez que dicen una burrada.
A ver, para acertar con un 90% de probabilidades el calor (o no) que hará en Málaga y la no calor (o sí) que hará en las provincias norteñas de esta su comunidad sólo tienen que fijarse en el iconito del viento que suelen poner entrando por las columnas de Hércules:

¿Ven esa flechita cerca de los estupendos 35 graditos que han escrito bajo la provincia de Málaga y que en realidad llegaron a ser 40 a la sombra? Bueno, pues cuando señale al este como en la foto (es decir, cuando sople del otro lado) pueden decir tranquilamente que en Málaga nos torraremos a causa del terral (qué simpático poner ese nombre a un festival musical de verano, como si quisieran avisar para que la gente no viniera), ese viento de componente norte-oeste que se encajona en el Valle del Guadalhorce, se reseca, se recalienta y elimina no sólo toda la humedad disponible, sino casi casi el oxígeno con el que nos las apañamos para respirar. En esa situación, por el contrario, las provincias de arriba reciben un aire aceptable, o menos recalentado que el que suelen recibir la mayoría de los días del verano, y entonces pueden vivir. A veces, eso se extiende hacia toda la península, así que, el día de Julio en que el telediario dice “las temperaturas bajan en toda España” los malagueños pueden echarse a temblar con poca probabilidad de equivocarse, y cualquiera de arriba que baje esos días que no se extrañe de que le hayan engañado con eso de las temperaturas estables y paradisíacas.
Cuando esa misma flechita vira al lado contrario es otro cantar, lo que afortunadamente para los malagueños sucede la mayor parte del verano. Suele coincidir con los del telediario diciendo “suben las temperaturas en toda España” y volviendo a explicar por enésima vez (¿no se aburren?) que hay que ir por la sombra, beber mucha agua, evitar las horas centrales del día y, sobre todo, no plantarse a mediodía en el centro de una plaza a hacer ejercicios de aerobic vestido con un abrigo de visón.
En ese caso resulta que en Málaga el viento llega del este, es decir, del mar, bien fresquito, un gustazo. Por el contrario, las provincias de arriba lo reciben recalentado y resecado de su paso por todas las que vienen antes en el camino a oriente, con lo que es en ellas donde no se puede vivir ni casi respirar, y se te quedan las suelas hechas una con el asfalto del paso de peatones.
Ya ven, si sólo tienen que mirar una flechita para acertar la mayoría de las veces, qué trabajo les costaría.
P.D.: Creo que una regla parecida se puede aplicar a las provincias del litoral oriental español, aunque como sólo las conozco de pasada no sé si será algo tan constante como en nuestro caso. Por otra parte, en Málaga hay también excepciones, en forma de pequeños pueblos situados estratégicamente para evitar la canalización de aire del Guadalhorce.
P.P.D.: Ni soy meteorólogo ni tiempo tengo (ya me gustaría), así que me disculpan la palurdez científica de la presente entrada.





