Aunque sea en el fondo, a pocos programadores les gusta reusar código: siempre le encuentras detallitos que te fastidian, cosas que no se adaptan del todo a tu problema, a la manera que tú tendrías de abordarlo o simplemente al estilo en el que tú haces las cosas; normalmente estás más dispuesto a gastar tiempo en hacerlo tú que a gastarlo en aprender cómo demonios se le ha ocurrido a otro hacerlo.
No es difícil de comprender: a un arquitecto le gusta hacerse su casa, a un pintor sus cuadros…





