El resfriado de los últimos días me ha hecho pensar de forma curiosamente distorsionada. Me llama la atención cómo se desdibujan las fronteras del razonamiento lógico bajo la influencia de los virus…
Por ejemplo, viendo un trailer de La Carretera me dio por preguntarme (y no por tratarse de esa peli ni del libro, sino porque se me cruzaron los cables) por qué unas novelas post-apocalípticas son llamadas de ciencia-ficción y otras no en base únicamente a la cantidad de tecnología/ciencia explícita que contienen… Las novelas post-apocalípticas, si quieren etiquetarlas así, deberían tener como mínimo la tecnología/ciencia que responda a ese apocalipsis, y ninguna, si está bien escrita, debería centrarse en esa tecnología/ciencia, sino en las personas que la sufren.
(En realidad me importan bien poco las etiquetas, y esto más que reflexión es un gurruño. Va a ser la fiebre ondulándome el cerebro…)





