Llego tarde, sí, llego tarde. El conejo blanco de Alicia me tiene poseído desde hace meses. Pero por lo menos llego. Y lo mismo me quedo en esta misma entrada mañana también, que algún descanso me tengo que tomar del blog y mañana es festivo 🙂
Pero hoy no estoy de mucho humor. Llego (tarde) para decir que me produce desprecio la actitud de un puñado de “artistas” que confunden arte con negocio y tratan de defender este último a base de convertirse en funcionarios (o subvencionados permanentes, que es lo mismo) en lugar de hacer aquella parte de su trabajo -llevar un negocio que es privado- bien. Me produce sorpresa saberme de repente representado por un puñado de “gurús de Internet” a quienes no les he cedido nunca mis ideas ni la representación de las mismas ante las instituciones públicas y que estaban más que contentos y henchidos de gozo por salir en la tele y ser llamados por toda una ministra… que dijo ante millones de hispanohablantes “Nadie hemos encontrado una solución” -las cursivas son mías, pero la frase es toda de ella, que yo no la quiero-. Me produce vergüenza ver y escuchar las opiniones de los medios de comunicación tradicionales al respecto -ésos que mientras sigan midiendo su rendimiento por porcentajes de audiencia en lugar de por número absoluto de espectadores seguirán creyendo que mucha gente les atiende-, demostrando una vez más que no tienen ni idea de lo que hablan: mezclan sin pudor P2P con piratería con derechos de autor con propiedad intelectual.
Todo esto es malo, sí, pero puede ser peor.
Me produce una profunda lástima ver cómo la educación, ya a todos los niveles, se está yendo a tomar viento, siendo la única vacuna de que disponemos para formar personas críticas con lo criticable de este mundo -que es casi todo-, para que tengan opiniones propias con que contrarrestar, por ejemplo, toda esa estupidez desgranada a vuela pluma en el segundo párrafo de esta entrada. Me produce mucho miedo el imaginar un futuro, bastante cercano, me temo, en que tengamos tal cantidad de gente educada para recibir en sus mentes pensamientos únicos sin discutirlos -ojalá que no sólo uno, que ya sería la releche- que no sean capaces de ver más allá de las consignas y el entretenimiento que toque.
Sí, sí, hay más.
Me produce una desmotivación profunda no poder hacer en mi trabajo cosas que durante tantos años me preparé -me prepararon- para hacer, por culpa de políticas arbitrarias y absurdas que me quitan el tiempo y los recursos para concentrarme en ello. Me da pena ver que poca gente se entera y/o le importa, incluyendo algunos que están como yo, e incluso gente con más experiencia que yo. Me produce un ya bastante lejano cosquilleo, aunque aún me lo produce, el que cada vez se valore menos, si es que aún se valora, el trabajo bien hecho, mientras que lo que mola es la popularidad y el número de cosas que uno hace, las haga bien o mal, o sea, que el espíritu de los reality shows haya matado a la estrella del verdadero significado de las cosas. Me produce conflictos lógicos verdaderamente vulcanianos el que se empleen alegremente y en cualquier contexto términos como sostenibilidad, innovación, I+D+i[+I+D+i]*, socialismo, fascismo, dinamismo transversal y otras expresiones que ya no significan nada concreto a base de retorcerlas -me produce conflictos el que se hable para no decir nada-. Me cabrea saber que un ZX Spectrum con 48K de RAM gestionaría mejor el país que nuestro hatajo de aristócr… digo políticos que llevan en funciones desde hace décadas, o, como mínimo, disminuiría el desperdicio brutal de dinero que se escurre entre las grietas y grietos de la burocracia y el burocracio que nosotros mismos hemos montado, o dejado que se monte.
Pero fijaos: sobre todo lo anterior puedo razonar. Aunque no parezca muy relajado.
Lo que me puede porque realmente me altera no es ninguna de esas cosas, sino la rabia que tengo conmigo mismo por no ser capaz de a) pasar de todo y poder disfrutar con plenitud borreguil de los opios postmodernos o b) largarme a otro sitio -preferiblemente desierto y/o rodeado de máquinas- donde deje de afectarme.
P.D.: En mi descargo diré que esta oscura entrada me ha dejado como nuevo.





