Por si no se ve: “Peso neto: 820gr. Peso escurrido: 480gr.”. Vamos, que de lo que es tomate tiene un 59%. Lo mismo a alguien le resulta útil el resto (agua, supongo) para hacerse un caldito…
Por otra parte, no es lo mismo “tomate entero pelado” que “tomate pelado entero”. En el segundo caso no se garantiza que al tomate no le hayan dado un mordisco, sólo que lo pelaron enterito enterito. En el primer caso no se garantiza que esté completamente pelado, sólo que al tomate no le han dado un mordisco. Puesto que ponen ambas cosas (en distintas caras de la lata) se convierte automáticamente en el famoso “tomate de Schrödinger”: hasta que no la abras no sabrás si alguien le pegó un bocado ni si lo pelaron del todo.
Y esto es todo lo que ha dado de sí (lo que dio ayer) un día infame de trabajo más visita al supermercado. Con esto me concedo a mí mismo el cinturón amarillo-naranja de generador de chorradas blogueras y, henchido de gozo por mi capacidad surreanalógica (para hacer analogías surrealistas), prometo considerar con más ahínco la posibilidad de poder seguir rellenando una entrada diaria.
Que ustedes lo pasen bien. Y no olviden escurrir del todo la lata cuántica.
