Las realidades alternativas existen

Iba a escribir una entrada sobre las dos formas básicas de tratar el viaje en el tiempo, tanto en la ciencia como en la literatura de ciencia-ficción o arte cinematográfico del mismo género. Una es suponer que el tiempo es una única línea (eje de coordenadas) en la que todos los acontecimientos están. Otra es la teoría de los universos múltiples de Everett, en la que la realidad se desdobla con cada posibilidad que se le presenta a una partícula elemental, con lo que existen infinitas líneas temporales (como un árbol que va desplegando sus ramas hacia el futuro).

Pero este domingo por la mañana, el programa “Cara a cara”, del canal CNN+ 24 horas de la TDT, donde han entrevistado al Secretario de Estado de Investigación, me ha confirmado definitivamente que la verdadera es la segunda de las teorías mencionadas.

Este hombre ha descrito claramente la situación de la investigación en España, y especialmente la de los jóvenes investigadores. Para más señas, la correspondiente a una realidad alternativa a la nuestra, en la que los jóvenes de aquí tienen todas las oportunidades del mundo para quedarse y los de allá fuera para venirse (a esa realidad alternativa me gustaría desplazarme inventando una máquina trans-universo, pero me temo que la física trans-universo no es una de las cinco líneas preferentes de inversión en investigación que el Ministerio prevé para los próximos años, así que me tendré que buscar un mecenas o convertirme en supervillano, ya veré qué me viene más a mano).

En el fondo no hago bien en sorprenderme. Dependiendo del hablante, la palabra “investigación” significa una cosa, lo mismo que “excelencia”, “formación” e “infraestructuras”. Ante tal indefinición terminológica, es normal que oigamos cosas que nos parezcan de otro mundo. Seguramente al Secretario le sorprendería saber lo que yo entiendo por facilitarle la cosa a los jóvenes investigadores.

Ahora que lo pienso: quizás es el propio lenguaje el que crea realidades alternativas, y no los comportamientos cuánticos de las partículas elementales… Mmmm. No, pero para investigar sobre eso no voy a poder pagar contratos ni mucho menos darles a los chavales una carrera estable y definitiva posteriormente, una vez formados. Según el Ministerio lo que mola es la nanotecnología, las energías renovables, la medicina regenerativa, las tecnologías de las comunicaciones (¡se le cayó la “I” al “TIC”!) y otra que no me acuerdo. Yo no lo veo mal, pero es una lástima que lo que yo entiendo por investigación sea básicamente algo imprevisible, que puede dar resultados o no (mucho más si hablamos de resultados empresarialmente explotables), y que a pesar de ser así necesita una financiación que permita mantener a los investigadores trabajando en sus temas. Vamos, lo que se llama un servicio público bastante incompatible con las necesidades del mercado.

En fin. ¿Alguien podría asegurarle a algún investigador alguna vez que su trabajo va a dar fruto o no? Porque si eso es posible no se investigaría -la “I”-, sólo se desarrollaría -la “D”-…

Facebooktwitterredditlinkedintumblrmail