Garoña sí, pero no, pero mejor no sé qué estoy diciendo, o quizás le esté manipulando, vaya usted a saber

Normalmente, cuando no sabes lo suficiente sobre algún tema, mejor estarte callado, y desde luego, no tomar decisiones sobre el mismo hasta documentarte. En el XLSemanal (revista que asocian con varios periódicos de tirada nacional y local y que yo le agencio a mi señora puntualmente cada fin de semana) venía este domingo un artículo de Carlos Herrera sobre el cierre planificado por el gobierno de la central de Garoña.

En general el artículo expone su opinión de forma sensata, dando argumentos razonables -suponiendo que estén basados en datos fidedignos y completos-. Lamentablemente al terminar suelta:

[…] o renunciamos a muchas comodidades de la vida moderna y del desarrollo industrial o nos resignamos a convivir con la energía de fusión.

Este hombre se habrá quedado muy tranquilo y convencido con su capacidad de expresión y argumentación, pero podría haber averiguado fácilmente en cualquier enciclopedia (si no le va la wikipedia) que la fusión todavía no existe salvo dentro de las estrellas, y que lo que tenemos sobre nuestro planeta es fisión. Fi. Fi-sión. Una vez habiendo cambiado todo el tipo de residuos, de peligros inherentes y de tecnología implicados en las nucleares del planeta con una sóla palabra, ¿quién tiene la seguridad de que todo lo demás no está igual de mal documentado?

Yo, que no conozco el problema de las centrales nucleares suficientemente para saber si lo mejor sería cerrarlas o no (aunque me tira un poco el que no, porque mi vena ciencia-ficcionera me dice que el marrón de los residuos radioactivos se podría arreglar lanzando cohetitos con ellos hacia el sol), desde luego que no tengo otra opción que ignorar absolutamente todo lo que dice Carlos Herrera en esas páginas, no vaya a ser que tenga tanta base como eso de la fusión y me esté distorsionando lo poco que ahora sé.

También ignoraré, por descontado, los argumentos que dan el gobierno para cerrarla dentro de ene años (y para decir que es irreversible, como si el hecho de que un gobierno planifique su cierre no significa que otro lo pueda des-planificar), y la oposición para no cerrarla. Porque obviamente, si los periodistas no suelen tener ni idea de ciencia y tecnología ni les suele preocupar metérselas en la mollera, de los políticos mejor no hablar: en el mejor caso -que estén documentados- harán exactamente lo que les convenga a sus posibilidades de estar en la poltrona tras las próximas elecciones, ni más ni menos, e independientemente de la documentación con la que cuenten. Ya la sesgarán a su conveniencia.

Por todo esto me ha gustado mucho el artículo que en la misma revista ha escrito Arturo Pérez Reverte sobre lo que se le pasa por la cabeza cada vez que pasea por la Carrera de San Jerónimo y ve a nuestros ilustres próceres de la patria salir. El artículo no está en Internet y no os puedo poner aquí el enlace, pero supongo que basta con que diga que se titula “Esa gentuza” 😀

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