Hace poco vi mi primera peli con tecnología 3D polarizada (pasiva), concretamente Los Mundos de Coraline, que usan tecnología RealD.

Con esta tecnología la película se rueda con cámaras especiales estereoscópicas que la graban a la vez desde dos puntos separados emtre sí como los dos ojos de cualquier homo sapiens están separados. Luego, en el cine, el espectador se pone unas gafas de polarización circular diferente en cada cristal, de manera que el proyector va enviando hacia la pantalla alternativamente lo que debe ver el ojo izquierdo polarizado de la forma correcta para que sólo “entre” por el cristal de ese ojo, y luego el ojo derecho, y así.
Esta tecnología es más barata pero da peores resultados en algunos aspectos que a) la polarización activa, en que cada cristal de las gafas se hace transparente u opaco sincronizadamente con la proyeccción de lo que debe ver cada ojo y b) el IMAX por su menor capacidad envolvente respecto a éste (es decir, las gafas no pueden mostrarte nada que no esté confinado al rectángulo de la pantalla de proyección).
Lo que yo noté básicamente es que el efecto es muy bueno, salvo cuando hay movimientos rápidos en pantalla (supongo que se requiere una mayor frecuencia de proyección para captarlos bien; ahora te marean un poco y no se ven nítidos), y que después de casi dos horas tienes el puente de la nariz hecho polvo del pesito de las gafas 🙂 Y por supuesto lo ya mencionado del límite de la pantalla de proyección: nunca verás ningún objeto saliendo de la pirámide truncada formada por el rectángulo completo de tus gafas en el extremo pequeño y por el rectángulo de la pantalla en el extremo grande.
En definitiva, cuando te acostumbras a estas cosas (y te secas los primeros lagrimeos), la experiencia es bastante aceptable, pero me parece que en la mayoría de los casos no merecerá la pena pagar el extra en taquilla para usar las gafas, ya que no se produce inmersión, sino que “sólo” ves una escena en 3D desde lejos la mayor parte del tiempo…





