Hay una forma interesante de clasificar a los seres: aquéllos que toman decisiones y los que no son capaces. Los primeros están obligados a asumir sus fracasos y sus éxitos, y sufren por la responsabilidad. Los segundos asumen que sus fracasos y sus éxitos son culpa exclusiva de los demás, por lo que sufren a causa de los zarandeos del universo y están siempre quejándose. En general, sólo los primeros son razonablemente felices, pues su sufrimiento les es comprensible.





