Ayer por la tarde (a eso de entre las 16:00 y las 17:00, hora española), y cumpliendo las peores previsiones de una red libre de escala, a Google le dio un pallá con bastante repercusión. De repente las búsquedas tenían activado un filtro de supuesta seguridad, encargado de detectar imágenes y textos porno en las páginas de resultados (no sé qué tiene que ver eso con la seguridad; en todo caso con la protección a los menores), que: a) aunque lo desactivaras seguía en marcha, b) marcaba todas las páginas encontradas como sospechosas, c) conseguía que fuera un suplicio llegar a la página en cuestión si te daba por ignorar la advertencia, y d) iba acompañado de un enlace que supuestamente explicaba el aviso pero que no llegaba a cargar nunca.
Lo último pudo ser una caída de servidor; lo otro más bien pareció una melonada de los responsables. De hecho, se ha confirmado que así ha sido.
En cualquier caso, los que estábamos en ese momento haciendo cositas con google hemos experimentado la experiencia religiosa de su ausencia. Yo en particular me he quedado sin poder buscar qué programas en condiciones hay para distorsionado de imágenes 2D (warping) y sin encontrar algunas con las que probar. El resto de los buscadores, simplemente, siguen sin dar la talla después de años.
Ha tenido su morbo retroceder en una hora diez añitos en nuestra forma de hacer algunas cosas. Terrible cuando se piensa, pero Clarke y Kubrick ya lo advertían: el hombre se ha convertido en una especie frágil que depende demasiado de sus herramientas…





