El Edificio Open Wide

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En 1989, José Antonio Corrales, un arquitecto de reconocido prestigio, se presentó a un concurso convocado por la Universidad de Málaga para dotar de un edificio nuevo y moderno a las recién creadas Escuelas de Ingeniería Industrial, Ingeniería Informática e Ingeniería de Telecomunicaciones. Obtuvo el segundo premio en ese concurso, y fue seleccionado finalmente para realizar la obra.

Actualmente tienen sede en ella únicamente Informática y Telecomunicaciones, mientras que Industriales está terminando su nuevo edificio en la ampliación del campus.

Traigo esta historia a colación porque hoy ha sido un día muuuuy frío, algo lluvioso e incluso con un poquito de viento (con lo que a mí me gusta el viento). Y todas esas circunstancias juntas me han invitado a copiar y pegar aquí unas palabras del propio arquitecto (que pueden consultarse en su libro, descargable en PDF, “José Antonio Corrales. Obra Construida vol. 5”, página 69, ISBN 84-89713-33-2).

Las negritas son mías; el uso infame de la coma y las faltas ortográficas, suyas.

El clima de Málaga teóricamente es bueno, pensé que las circulaciones en vez de cerrarlas, fueran al aire libre, es decir, que los vehículos llegan por un lado donde hay un andén, de forma que no haya un vestíbulo; hay un andén y unas escaleras. Las galerías de las aulas están a mediodía, cubiertas pero al aire libre. Las clases de la zona de trabajo dan siempre al norte, no dan al sol, incluso los lucernarios de los laboratorios están protegidos por una chapa para que nunca les de el sol. Estas son las características.

Y voto a bríos que ésas son las características exactas. Los efectos que esas características, fruto de tan fundamentados criterios, tienen cuando llega el Invierno (¡anda, en Málaga también hay Invierno! ¿Será sólo un hecho teórico?) son los siguientes:

  • Si vas al baño desde cualquier punto, puesto que los pasillos son abiertos, te mojas y te mueres de frío. Creo recordar, por las historias que me contaban mis padres, que en la postguerra española pasaba igual.
  • Si vas a clase desde los despachos (o al revés), puesto que los pasillos son abiertos y las entradas a las clases dan al exterior, te mojas y te mueres de frío.
  • Si subes o bajas por las escaleras intermedias (como la de la foto), que no están ni siquiera techadas, te mojas y te mueres de frío (y si te resbalas te matas; no he visto unas escaleras más largas).
  • Si llegas al edificio desde la carretera, puesto que no hay vestíbulo (sólo un techo, además agujereado a placer por el propio arquitecto), te mojas y te mueres de frío.
  • En especial en el no-vestíbulo y en unos cien metros a la redonda existe un microclima siberiano generador de carámbanos y congelador de pulmones típico de los climas teóricamente buenos, como el de Málaga.

Aparte, hay otras graciosas experiencias en Invierno que nos hacen desear más y más la implantación oficial del teletrabajo, aunque éstas no son achacables al arquitecto, como las perennes goteras, pero déjemoslo ya por hoy a ver si tengo tiempo de tomarme un caldito caliente…

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