Al principio las ferias del libro que se celebran en Málaga tenían su gracia: había muchos títulos golosos, e incluso secciones bastante apetecibles de ciencia-ficción, cómic, libros universitarios y juegos de rol. A los pocos años ya lo que era la gracia como que se había difuminado: daba igual la feria que pusieran, que siempre estaban los mismos libros, y las secciones que digo acababan reducidas a la mínima expresión.
Hoy hemos estado en la feria del libro antiguo y de ocasión (tiene tela que ni en la web del ayuntamiento ni en diariosur ni la opinión se haya anunciado; ni siquiera en Google aparece ninguna referencia: la imagen de la izquierda es de otra cosa), y más de lo mismo. Omnipresencia del bestseller antiguo, es decir, de hace diez años más o menos, bastantes libros de temas malagueños, pequeños apartados de ciencia-ficción con cuatro o cinco títulos distintos cada uno (no más), cómics tipo Capitán Trueno, nada de juegos de rol (ésos desaparecieron de las ferias hace ya un lustro por lo menos), y por supuesto todos los libros absolutamente desordenados, que tiene que ir uno girando el cuello 90 y -90 grados alternativamente para leer los títulos, un desgaste cervical apreciable.
Eso sí: al menos los precios en que me he fijado no estaban del todo mal. Y apenas había gente. Lo mismo se habían ido todos a la acera de enfrente, con los de los verdiales, o lo mismo es que un domingo con el calor que hacía estaban en la playa…
Así que yo me he venido sin caza, y la ilusión, que tampoco es que tuviera mucha, se ha apagado una vez más. Bueno, no es muy preocupante dado el tamaño que tiene mi pila de libros por leer… Y a fin de cuentas siempre quedarán Luces, Proteo, y la sección de bolsillo del Corte Inglés 🙂
