Series de televisión como The Wire o Luther resultan magníficos estudios sobre las posibles acciones alternativas que a uno le quedan cuando el sistema está tan corrupto y resulta tan inservible que ni siquiera las leyes, que supuestamente son la base de todo, tienen credibilidad ni garantizan que la gente que quiere hacer su trabajo bien, pueda hacerlo (más bien todo lo contrario).
Lamentablemente también son un reflejo perfecto de cómo el sistema es tan perverso que ni siquiera deja que las alternativas asomen la nariz.






