Ya sea por falta de pericia o por falta de tiempo que dedicarle a hacer transparencias, escribir en pizarra suele terminar teniendo toda la dinámica que, o bien le falta a, o bien cuesta horas de trabajo conseguir en unas transparencias electrónicas (a.k.a. powerpoints). Siempre que se ponga buena letra, claro 😉
Vaya, que el ratio resultado_obtenido/tiempo_empleado es bastante mayor en pizarra tradicional que en transparencias electrónicas, especialmente debido al denominador.
Por eso hace casi diez años ya que me hice fan de las tabletas gráficas a la hora de dar clases (especialmente en entornos abarrotados de aparatos que te ocultan de los alumnos, también llamados laboratorios de ingeniería), aunque tampoco es descartable en todo este asunto mi manía de ir contracorriente 😉

Además no paro de usarlas para corregir textos (memorias, artículos, etc.), donde vienen mucho mejor y son mucho más rápidas que empezar a meter anotacioncitas con el programa de turno, que además no pueden leerse nada más que con el programa de turno. Yo anoto directamente los pdfs escribiendo sobre ellos: ahorro tiempo, puedo generar de nuevo pdfs, con lo que no hay problemas de compatibilidad, no me olvido de qué era aquello de escribir a mano, y le rompo las retinas a quien lea mi mísera letra (esto último lo considero un riesgo asumible XD).
De hecho también he intentado rellenar documentos, de ésos que te los piden todavía escritos de puño y letra, con la tableta. Lo malo es que, a pesar de usar un pincel fino y azul, luego al imprimirlos se nota y me echan la bronca porque se creen que lo ha falsificado alguien ;P
Para dibujar, por supuesto, vienen también muy bien. Pero ahí le cedo todo el protagonismo, con gusto, a los verdaderos profesionales, como éste y ésta.






Pingback: Lithographica » Blog Archive » Despacho docente