El poder de la escala triatónica

En estos meses en que la MTV nos asedia con David Jeta (alternándolo con Lady Caca), y desde la base de la conocida querencia infinita de este blog hacia la popularidad y todas sus facetas, se hace necesario un análisis en profundidad de la música que ha hecho que este hombre se haga famoso.

En realidad no hay campañas de márketing ni insistencia mediática suficientes para explicar esta fama si su música no tuviera un sólido fundamento, puesto que todos sabemos que el éxito viene de la calidad. En este caso, encontramos una estructura triatónica, en particular sobre las notas “Ni”, “Ri” (pronúnciese con erre suave) y “Tu”. Se puede comprobar en bastantes canciones de Davidín. En la que pongo más abajo, por ejemplo, el estribillo se podría transcribir así (usando clave de “Chún”, empleando las tildes para las blancas, su ausencia para las corcheas, las comas para los silencios de blanca):

“Ní, niriniri niriniri niriniri niriní,
niriniri niriniri niriniri niriní,
niriniri niriniri niriniri niriní,
niriniri niriniri niriniri niriní”

Con una segunda línea vocal entrelazada hábilmente en mitad de cada frase:

“Tu tu tu tu tu tú,
Tu tu tu tu tu tú,
Tu tu tu tu tu tú,
Tu tu tu tu tu tú”

Lo que le da mucha fuerza, consistencia, y un retrogusto afrutado. Se puede apreciar este cuidado por las notas tónicas también en la composición audiovisual del movimiento, la cual es asimismo una aportación inestimable a la historia de la música ligera (las imágenes reflejadas en los cristales aportan una tercera línea melódica implícita o de falso staccato que modifica sutilmente el tempo que percibe la audiencia):

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