
Por supuesto, el tubo es para tirar al profesor si se le ocurre extralimitarse en sus funciones y no dejar que un alumno se copie en un examen. También puede reutilizarse para tirar al profesor si le da por explicar que todo resultado requiere un esfuerzo, que en la vida real cada cual debe asumir las consecuencias de sus actos, o dice demasiado a menudo “alumnos” en vez de “alumnos y alumnas”, o, preferentemente, “alumnas y alumnos”.
(Por completitud: aquí tenéis una noticia que incluye enlace a la norma de la Universidad de Sevilla y aquí una extrapolación de la aplicación de dicha norma a un futuro cercano)





