… es en realidad terror ante una hoja o pantalla, en blanco o no (en caso de revisión de algo ya escrito), por creer que te va a salir un churro.
Luego te pones y no es para tanto, pero es que nunca te acuerdas de que luego te pones y no es para tanto y de que incluso lo disfrutas…
Corolario: Nunca le hagáis caso a un escritor quejándose de las musas 🙂





