Por qué no hay máquinas inteligentes

Ay, la ingenuidad humana… Que parece mentira que sigamos siendo sólo capaces de extrapolar el futuro linealmente, hombre.

A ver, obviamente no se sabe. Si alguien lo supiera, por poner, yo mismo, el primer robot inteligente de la historia tendría mi nombre y me haría mundialmente famoso ya que no me hago famoso ni escribiendo ni investigando ni dando clases, aunque entonces tendría que pensarme si desearía ser conocido por el invento o por crear un ejército de robots como el Doctor Infierno para aniquilar a la humanidad, dado mi odio acumulado hacia ésta por no dejarme hacerme famoso ni escribiendo ni investigando ni dando clases.

Pero no, no se sabe.

Sí se intuyen algunas razones por las que aún no tenemos ni robots ni computadores ni máquinas verdaderamente inteligentes:

  • Se intuye que una máquina no podrá alcanzar inteligencia sin tener un cuerpo físico que interactúe libremente con un entorno inmodelable matemáticamente. Olvídense de HAL 9000 (la adquisición de inteligencia de Skynet en la serie “The Sarah Connor Chronicles”, a base de enchufarse a un robot, sería más probable).
  • Se intuye que una máquina no podrá alcanzar plena inteligencia -a niveles abstractos- sin interacción con otras máquinas ya inteligentes o con humanos que la enseñen, o sea, sin formar una sociedad. Olvídense de la máquina solitaria despertando por algún milagro inesperado a la consciencia.
  • No se sabe si el ser humano -ni cualquier otra cosa- sería capaz de comprender y por tanto replicar técnicamente algo igual de complejo que él mismo. Bueno. Siempre nos queda el agradable consuelo de replicar biológicamente seres humanos, lo que no requiere pensar mucho.
  • No se sabe qué es la inteligencia, científicamente hablando (este motivo parece importante).

Nada de todo esto es seguro, claro, por eso estamos como estamos. Pero como hoy en día el lenguaje está para que signifique lo que cada cual quiera que signifique, se está usando cada vez más el calificativo de “inteligente” aplicado a máquinas, casi para cualquier cosa: “teléfono inteligente”, “terminal de ordenador inteligente”, “lavadora inteligente”, “secador de pelo inteligente”… Es lo bueno del siglo XXI, que las reglas, por ejemplo las del lenguaje, no es que estén para romperlas (eso supondría tener cierta comprensión de las mismas y querer cambiarlas), sino que nos fastidian y las usamos de kleenex directamente.

Ah, no me gustaría terminar sin poner una intuición (ésta es más personal) sobre qué pasaría si existieran alguna vez máquinas inteligentes: que básicamente se equivocarían casi tanto como nosotros. Realmente, ¿alguien cree que el mundo físico deja opción a tomar decisiones óptimas -deja opción a que sólo haya una decisión que sea la óptima- a alguien?

Anda que no nos queda nada por aprender todavía como homo sapiens para llegar a construir al homo roboticus

Facebooktwitterredditlinkedintumblrmail