El periodista: observemos con atención cómo el voto escrutado se sitúa ya en el 17.34%, desde el 17.31% de hace un cuarto de hora, lo que da pie a suponer que el partido A podría alcanzar la mayoría absoluta, aun quedando mucha noche en la que seguiremos informándoles de esta jornada terriblemente interesante y estudiando los resultados con nuestros analistas invitados.
El partido que obtiene su primera representación: nuestro escaño es sin duda una señal de que algo está cambiando; con nuestro escaño haremos oír la voz de los olvidados; tomaremos asimismo la confianza depositada en nosotros para comenzar a construir una opción que pueda llegar a convertirse en alternativa sólida de gobierno.
El partido perdedor: hemos mantenido una presencia que no podríamos negar útil para la representación plural de una sociedad dinámica y que puede resultar ser la clave de la gobernación. Nuestro partido sigue representando a una porción de la población que quien gobierne no podrá ni deberá ignorar.
El partido ganador por votos: indudablemente el pueblo ha dado su total confianza a nuestra alternativa: nos ha transmitido su deseo de que lideremos una nueva etapa en la que esta sociedad pueda avanzar en el progreso, el bienestar y la concordia.
La coalición que le quita la victoria al ganador por votos: es evidente que la mayoría del pueblo ha votado por un arco político que abarca a nuestras fuerzas, que lideran la pluralidad y modernidad de nuestras gentes.
El fino analista de encuestas electorales: se ha materializado, sin duda, una de las posibilidades de nuestros sondeos.
El votante del partido/coalición ganadores: ¡han ganado los míos!
El votante del partido perdedor: ¡ha habido tongo!
El votante del partido perdedor (2): ¡tienen a la gente comprada!
El votante del partido bisagra: ¡los tenemos a todos donde queríamos!
El votante del partido que obtiene representación por primera vez: ¡haremos historia!
El votante en blanco: ¡esta democracia está podrida!
El no votante: ¡llueve!





