Entre las personas que destacan en la vida, podemos distinguir dos clases: los que enfocan y los que desenfocan.
Las personas que enfocan son muy buenas, o destacan, en una sóla cosa. Por ejemplo, tenemos a deportistas muy buenos de una disciplina determinada, o a músicos muy buenos de un estilo determinado, o a científicos muy buenos en una línea de investigación determinada. Los que enfocan son normalmente muy populares, puesto que es muy fácil conocerlos (sólo hay que mirar a un sitio), y como las redes sociales suelen ser libres de escala (de lo cual tengo pendiente un post), una vez destacan no tienen más que seguir siendo visibles para que su popularidad aumente. De hecho, si quieres ser popular o destacar por algo, mejor que seas de los que enfocan.
Las personas destacadas que desenfocan, por el contrario, son mejores que la media en más de una cosa, normalmente en muchas. Seguramente no lleguen a tener tan buenos resultados como los que enfocan en cualquiera de las líneas que emprendan, pero los suelen tener bastante mejores que la mayoría de la gente, así que uno podría distinguirlos si se pusiera a ello. Son personas que suelen tener una vida más rica, también más sensata (por la diversidad que integran y que deben hacer coherente) que los que enfocan.
Las personas que enfocan pueden admirar a las que desenfocan, porque los que enfocan, en la mayoría de los casos, no suelen ser tan buenos más que en lo suyo.
Las personas que desenfocan pueden admirar a las que enfocan, porque los que desenfocan no suelen ser populares (para conocer a uno tienes que fijarte en muchos campos), y a su capacidad para estar tanto tiempo dedicados a la misma cosa.
Es curioso fijarse en la Web, en la literatura, en la tele… en cualquier ámbito en el que la popularidad de las personas es un parámetro esencial, y ver cómo los que consiguen esa popularidad son en la inmensa mayoría de los casos gente que enfoca. ¿Quieres ser popular? Quizás enfocándote en algún asunto concreto lo consigas. Por supuesto tendrás que ser bueno en ello. Tendrás que conseguir escribir libros de un tipo concreto que gusten a la gente, o tendrás que dedicar tu vida a resolver un problema científico que sea fundamental para una comunidad entera, o tendrás que ser capaz de aparecer en todas las televisiones diciendo el mismo tipo de chorradas (que llamen la atención); pero cuidado: no todo el mundo vale, aunque algunas de estas cosas parezcan fáciles.
No tiene por qué ser cierto que haya más gente enfocada que desenfocada. Hay que tener en cuenta que los segundos son más difíciles de ver…





