¡Albricias! Al fin ha salido publicado el relato Ebenezer, que con tanto cariño urdí hace unos años. Estuvo pendiente de publicación en la revista en papel Artifex 3a. Época, en mi opinión la revista de más calidad del género fantástico en este país en su momento, aunque dejó de publicarse por problemas de rentabilidad…
Afortunadamente, los chicos de la Asociación Cultural Xatafi la rescataron como revista on-line (¡y gratuita!) en Artifex 4a. Época, con el mismo cuidado por la calidad y una difusión, creo yo, más amplia que la original, o al menos, más fácil.
Os recomiendo que os bajéis los dos números ya publicados de esta revista, merecen la pena. Respecto a Ebenezer, os dejo aquí un trocito y la entradilla (aquí sería finalilla ;P) que le han escrito los editores. El relato transforma un cuento infantil victoriano que trata de la redención en lo que a mí siempre me pareció: un relato de terror bastante desagradable.
Ebenezer enarboló la pluma enérgicamente (a pesar del temblor de
la edad, que convertía sus dedos en un manojo de nueces), casi con
saña, se diría, y firmó el certificado de defunción… por otro año más.
La extraña sensación que había despertado en su interior al amanecer
lo abrumaba ahora: no podía recordar cuántas veces había dado fe de
la muerte de aquel mismo muerto, pero habían sido indudablemente
muchas. Por eso se tragó cualquier comentario al uso ahogándolo en
un áspero silencio. Por eso apretó la pluma con fuerza. Por eso casi atra-
vesó el pulcro folio que perpetuaría su garabato tembloroso. Aunque, a
pesar de toda esa emoción pugnando por explotar, las cosas siguieron
mal. El mundo no se percató de su rabia ni de lo absurdo de la situación
que la provocaba. […]
“Cordobés pero afincado en Málaga, Juan Antonio Fernández Madrigal (1970) se ha convertido en un autor inclasificable. Su universo referencial, que tiene como puntos culminantes la novela Umma (Parnaso) y la recopilación Magnífica Víbora de las Formas (Grupo AJEC), nos suele trasladar a futuros remotos, inteligencias extrañas y desarrollos casi irreconocibles de lo que será la humanidad. Sin embargo, Juan Antonio lo cambia todo en “Ebenezer” para que todo siga igual. Pese a que su relato se ubica fuera de sus ciclos narrativos principales, y a pesar de la apariencia de cotidianidad y de homenaje literario al Cuento de Navidad de Charles Dickens, el autor condensa aquí todas sus preocupaciones y gran parte de la imaginería personal expuesta en las dos obras ya citadas, y sabe compaginarla con un lúcido homenaje al relato fantástico decimonónico. Un cuento ideal para leer ahora que se acercan las fiestas navideñas.”






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