Decepción. Tardé cinco minutos en decir eso. Si quieres irte a un supermercado a comprar libros no tienes más que buscar el Carrefour más cercano.
Bueno, quitando la leve exageración del Carrefour (hay que reconocer que el Carrefour tiene peor sección de libros que la Fnac; en particular tiene menos estantes… ), no entiendo cuál ha sido la política de negocio de esta gente.
A ver, los que van a una librería son básicamente dos tipos de personas: aquellos a quienes les gustan los libros y los que van de pasada. Una tienda que reserva para librería más o menos la tercera parte de su superficie llenando el resto de cuatro portátiles de bajo precio y un puñado de televisores y, eso sí, multitud de música y cine (¿se enteraron de lo que pasó con el P2P en los últimos cinco años?), cuyo micro-salón de presentaciones quizás pueda tener espacio para siete personas, que tiene secciones repetidas (vi la de novela policíaca como en veinte sitios distintos), que lo más “raro” que vende es Ursula K. LeGuin (hablo de género fantástico), que tiene más best-sellers por metro cuadrado que la biblioteca personal de Tom Clancy, que las secciones de libros de bolsillo y de divulgación dan risa (os recomiendo comparar con la de bolsillo del Corte Inglés)… Pues como que no es del agrado de los primeros.
Por otra parte, una tienda que tiene más o menos la misma mercancía comercial que el Corte Inglés, teniendo el Corte Inglés algunas cosas más especializadas, pues como que tampoco es del agrado de los segundos. Se tarda medio minuto en cruzar andando la calle que los separa.
Decepción. Incomprensión. En una ciudad donde la librería Proteo parte la pana de manera absoluta en cuanto a diversidad de títulos especializados, Luces va poco por detrás, El Corte Inglés aguanta sin perder cierta variedad… No entiendo qué pretenden vender los de la Fnac.
Aparte de eso, la oferta inaugural (4 libros por el precio de 3, lo que a nosotros en particular nos hubiera hecho más llevaderos los 20 lurulos del de los Tartessos, ay) consiste en que te cobran 15 euros por darte de alta… y así cada 2 años.
En definitiva: nada que aportar al panorama librero malagueño. Espero que la gente se dé cuenta y no vaya allí simplemente por moda. No por nada, sino porque no me gustaría que las demás (sobre todo Luces y Proteo) se fueran a pique por esto… Por lo menos que fuera porque hubiera abierto alguna mejor.
Eso sí, luego me paré a pensar y me di cuenta de que no había nada de qué sorprenderse. La Fnac de Callao (Madrid) no tiene desde mi punto de vista comparación con La Casa del Libro (ídem). Y sin embargo no parece irle muy mal…
Lo mismo es que soy un pedazo friki y si no veo John Crowley o Mervyn Peake en la sección de fantástico me salen sarpullidos, que también puede ser 🙂






Pingback: La Casa del Libro en Málaga - Lithographica