¿Quién vigila a los guionistas?

El cómic Watchmen no se distingue precisamente por la calidad de su parte gráfica (que no está mal, pero es de lo más normalito), sino por su guión, que es el motivo fundamental por el que muchos lo consideran una obra maestra.

Así que tras la primera mitad de la película homónima la impresión fue: anda, otro Peter Jackson adaptando un escrito de la forma más fiel posible (no hacía falta, ni era necesario, adaptar la parte gráfica). Qué bien le está quedando porque, por supuesto, el escrito era buenísimo.

Cuando los Watchmen de la peli comenzaron a comportarse (eso sí, poco a poco) en superhéroes (son sus pataditas supermegapotentes y tal) la impresión fue: bueno, sigue siendo fiel al guión, pero… ¿es que era Watchmen un cómic de superhéroes?

Cuando la escena en que el Dr. Manhattan hace llorar a su novia en Marte se queda en algo prácticamente incomprensible y luego van y le cambian el final a la historia y todo lo enfocan en que uno de los superhéroes (con grandes capacidades físicas, porque sí) quiere dominar el mundo, convirtiéndose en supervillano, la impresión fue: esto… ¿y dónde se han dejado la idea esencial del cómic?

Al salir del cine la conclusión fue: psé. Menos mal que a Roscharch no lo han roto mucho.

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