Curioso cómo usan a este hombre cada uno para sus propios intereses, insertándolo allí donde más se necesita: para compararse con él (como si lo conocieran o supieran qué va a hacer, o tuvieran una formación comparable), para presumir de ideología (como si las ideologías fueran tan fácilmente exportables entre países tan distintos), para importar ilusión extranjera para las ya muy engañadas masas locales (como si eso fuera a durar por aquí muho más que unos días), para criticarlo (antes de que haya hecho nada), o simplemente para rellenar tiempo de informativos.
Lo bajo que dejan este tipo de maniobras al que las hace y lo cutre que queda éste en comparación con aquél a quien usa, a quien francamente, deberían importarle un pimiento los tejemanejes de politicuchos de países irrelevantes del segundo mundo, como el nuestro.
El amigo Barak tendría que comenzar a cobrar derechos de autor…





